lunes, 21 de febrero de 2011

Speed date en Washington

Por Cata

Hace unos días fui por primera vez en mi vida a un speed date. Tal cual, como en las películas. Un evento para conocer gente y potenciales parejas. Esto fue pre San Valentine’s day, así que me imagino que más de un@ fue a quemar los últimos cartuchos para no pasar sol@ la fiesta (que aquí en USA es bastante importante)Esto fue de 7pm a 10pm. La primera hora era para organización: nombres, etiquetas, instrucciones (si, nos dieron una hoja con instrucciones) tarjetas y lápiz. Los dos últimos ítems para anotar quien te pareciera interesante y si esa otra persona también ponía tu nombre, entonces hay match y la organización te pone contacto con la persona.La segunda hora fue para el speed date propiamente tal: las mujeres en una fila y en frente ellos también en línea. Teníamos 4 minutos por persona, después venía la música y había que cambiar y eran ellos los que iban rotando a su derecha. Ni les explico lo que fue hablar una hora sin parar con ene ruido ambiente, quedé sin voz, además a veces los 4 minutos eran nada y otras veces eternos.La última hora fue bar abierto, música y la posibilidad de interactuar con el otro porcentaje con el que no tuviste oportunidad de hablar en el speed date, que son 15 hombres de los 25 asistentes al evento.

La pregunta del millón. ¿Cómo era el público? ¿Puros nerds y loosers? ¿mujeres mayores o poco agraciadas? ¿Tipo raros y minas raras?. La verdad es que no. Claramente estaba más favorable para los hombres porque nos llamó la atención que había hartas mujeres bien guapas, hombres no tanto. Obvio que no faltó el looser/ nerd que no asume que lo es, se jura galán y que intentó a toda costa “pinchar” con alguna de mis amigas. Salvo eso, el ambiente me pareció no muy distinto a un bar normal solo que la diferencia es que aquí la gente estaba dispuesta a conocer a otras personas. Todos los que van ahí van con ganas de escuchar la vida de otras personas, no da tiempo para estar borracho (lo que es un plus) y lo más importante es que nadie se hace el interesante ya que todos sabemos a lo que vamos. Sin máscaras, sin juegos baratos, todos están dispuestos y quieren conocer a alguien. Veredicto: divertido y me sirvió para conocer un poco más el zoológico humano de la ciudad de Washington, DC.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Poetry Slam

Por Cata


Una de las primeras semanas en Washington me invitaron a una cosa llamada: Poetry Slam, que viene a ser una suerte de Stand Up comedy pero de poesía. Esta vez era solo mujeres, y no sé si siempre es competencia pero esta vez si lo era. Quiero partir diciendo que fue súper interesante, distinto e intenso. Pero también fue bastante freak y curioso por decir lo menos. Consiste en un lugar, público, un micrófono y la persona en cuestión diciendo poesía. Claro que no es la poesía tradicional, sino una cosa

más moderna, que puede ir desde la rima hasta una cosa más hiphopera (hubo una que de hecho hasta medio cantó). Única regla, el poema tiene que ser original. Las participantes eran bastante diversas, pero absolutamente todas eras bien únicas y llamaban la atención. Un par confesó en sus poemas que eran lesbianas; otra casi nos mató con un poema sobre su familia y el maltrato; otras destacaron por su look extremadamente alternativo y finalmente un par hicieron un par de poemas más felices, bueno… mejor dicho menos trágicos.

Datos divertidos: varias usaron sus ipods o iphones para leer sus poemas… me pareció muy cool la onda sociedad-de-los-poetas-muertos-apple-estail. Y lo otro es que cuando alguien se equivocaba o decía algo que al público le gustaba, las gente así sonar sus dedos, (algo que en Latinoamérica habríamos sentido como si la estuvieran apurando) pero aquí era para mostrar apoyo.

Lo pasamos bien, fue distinto y la verdad otra buena oportunidad para ir conociendo un poco más al zoológico que es este país (lo digo en buena, ya que me refiero a su diversidad)

lunes, 7 de febrero de 2011

Las dos en Washington


Bueno, tenemos un cambio de latitud. Ahora ambas estamos viviendo aunque sea temporalmente en Washington. La Cristina porque sigue aquí trabajando y aprontándose a estudiar por dos años más y yo me vine a cargar pilas y a hacer trabajar un poco la cabeza en un programa de la Universidad de Georgetown que dura 3 meses. A ver si ahora tengo más tiempo para ir comentando con el mismo espíritu de siempre las cosas que me llaman la atención de esta ciudad.

Ya llevo 3 semanas acá, así que me pondré al día rapidamente. Lo prometo. Porque de que hay cosas para contar, hay.

Foto: Dupont Circle, Washington DC.